Pareció castillo de arena
por el mar asediado.
La marea subió
y olas penetraron sin permiso,
cimientos socavando sin pudor,
por el balcón arrojando la puerta,
puerta, por la que anoche, a ciegas y a tientas
sol entró.
Antes que tu mar con mi mar
grano por grano se llevaran,
mi amor impredecible
espejo hizo en el corazón.
Proyectó las imágenes de muros más seguros,
de paciencia sólida,
tocando cielo.
Iguales…
a los que recién para los dos
de construir termino.
.
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