Siento cuando vas a besarme,
y guardo esa emoción
en el inicio de un eclipse.
Te veo aparecer desde temprano
y guardo el sol
en el amanecer de un cuadro.
Escucho tu voz lejana
y guardo el sonido
en el viento por árboles pasando.
Y guardo…
tus lágrimas en el rocío,
tus tristezas en días grises de bosques nevados
y tus alegrías en los corales del mar.
Guardo abrazos fuertes en el calor del verano
suaves caricias en las hojas primeras de primavera
y en la luz de la luna tus noches de luz.
¿Te preguntarás para qué?
Porque cuando muera,
voy a encontrarte,
a sentirte
como una vez te sentí.
.
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